Ayer martes, el alumnado de CEPA Erandio realizó la ruta literaria de Pobeña en la obra de Miguel González San Martín.
Esta actividad forma parte de la programación educativa del curso dentro del Ámbito de Comunicación con el objetivo de reforzar los conocimientos impartidos en clase sobre literatura. En este caso el libro de relatos Pobeñeses.
Al llegar nos dirigimos hacia la ermita de Nuestra Señora del Socorro, escondida entre las encinas, para después tomar el camino de escaleras hacia el acantilado. Al final del sendero se encuentra el Cargadero de Mac Lennan, que lamentablemente casi ha desparecido su estructura después de una tormenta hace ya algunos años. Desde allí, en barcos, se cargaba el mineral de hierro procedente de las minas de la margen izquierda. Nos podemos imaginar a los marineros en los trabajos de estiba del mineral y la labor del práctico Hilario Cruz para dominar las maniobras de los barcos con una marejada como la que ayer había.
Durante este tiempo hemos paseado por los lugares que aparecen en los relatos como el puente de hierro, la marisma, la playa, la ermita, el malecón “con la piedra donde pueden sentarse dos personas con los pies apoyados”, la ría, el humedal, los pilotes de piedra del tranvía aéreo, el busto de Francisco de la Bodega y Quadra, las casas recias…
Miguel González San Martín (Muskiz, 1953) ha publicado las novelas Hotel Ucrania y Dos entradas para Wembley, el libro de relatos Pobeñeses (Premio Euskadi 2002) y los libros de artículos Los años funámbulos y Conversaciones de bolsillo (Premio Café Bretón 2009). Sus cuentos han aparecido en diversas antologías. Tiene en la imprenta Una vuelta a Bilbao en ochenta domingos.
Destaca como un escritor con un mundo literario que atrae a numerosos lectores.
Secretario de la UNED de Bizkaia (Portugalete)
Pobeña es un espacio casi perdido, el breve patio abierto de la infancia donde todas las cosas o sucedían o venían a suceder, pues sólo entonces cobraban realidad.
Por eso no es de extrañar que en este lugar repostara la extraña aviadora de la cabellera suelta, o H., el ex-dictador alelado. ¿Dónde si no en Pobeña, la patria chica de un fundador de ciudades en la costa norteamericana del Pacífico? ¿Qué importa que el fundador no naciera en Pobeña, sino en Perú? Aclaremos que los pobeñeses nacen donde les viene en gana.
Un lugar imaginario que descubre la existencia de las cosas y de los sucesos más cercanos como un retrato del mundo.
Imaginación, sensibilidad y, sobre todo, mucho humor esparcidos por este puñado de buenas narraciones que bastarán para dar fama eterna a un pueblo que no queda muy lejos de Bilbao.
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