De viaje por Urdaibai (18)
A Gaztelugatxe en tres pasos
En esta ocasión el recorrido comienza en
Bermeo. En esta localidad existe una leyenda que dice que san Juan, tras
desembarcar en este puerto, llegó en tres pasos hasta la ermita de san Juan de
Gaztelugatxe. Aunque haremos ese mismo recorrido, tendremos que andar un poco
más.
La ruta inicia en el casco viejo bermeano,
concretamente en el arco de san Juan, única puerta de acceso de la antigua
muralla del s. XVI que queda en pie. Aquí si nos fijamos veremos en el suelo la
primera huella de san Juan. Caminaremos en dirección al cementerio y tras pasar
junto al instituto llegaremos al barrio de Arene, lugar donde se halla la
segunda huella junto al caserío Itsasalde, justo antes de llegar a la fuente.
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Para
respetar la sucesión de tres pasos, el año 1982 se colocó una huella nueva
junto a la carretera actual que va de Bermeo a Bakio, cerca del caserío Ermu.
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Siguiendo este repecho nos encontraremos con
una gran cruz de piedra (año 1887). Este tipo de monumentos, que se ubican en
los cruces de caminos, son lugares especiales en viajes y peregrinaciones.
Seguiremos subiendo, siguiendo siempre la
referencia de las marcas del PR, para salir a la carretera vecinal del barrio
de Santakruz.
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Veremos que el camino asfaltado termina a unos
metros del caserío Martikorena y volveremos a ver otra flecha indicándonos el
camino a seguir. Subiremos primero entre eucaliptos para poco después seguir la
ascensión entre pinos y salir a un rellano con cruce caminos.
En este lugar nos volveremos a encontrar con
unas flechas informándonos tanto el paso del GR 98 por este punto, como del
paso de nuestro PR (blanco y amarillo). Para continuar deberemos tomar el
camino a nuestra derecha y seguir subiendo por una amplia pista. Al llegar al
alto nos sorprenderán las laderas de llenas de argomas de flores amarillas, brezos
color púrpura y zarzas con deliciosas moras y las espléndidas vistas hacia
Bakio y el mar Cantábrico.
Pasando primero por unos postes de
electricidad y más tarde junto a una antena de telefonía móvil comenzaremos a
descender hasta una de las joyas del románico en Bizkaia, la ermita de san
Pelayo (s. XII).
Después de esta ermita ya no nos quedará mucho
para acabar con nuestra ruta. Pasaremos junto al pequeño cementerio a nuestra
derecha y bajaremos a la nueva carretera, que une Bakio con Bermeo. Cruzaremos
la calzada y nos dirigiremos a la entrada del restaurante Eneperi para tomar el
camino a la derecha en un agradable descenso rodeado de vegetación verde. Durante
la bajada veremos la imagen del peñón de Gaztelugatxe, culminado por la pequeña
ermita de san Juan.
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Nada más llegar a la ermita es costumbre tocar
la campana y pedir un deseo, formándose colas de peregrinos que la hacen sonar
durante toda la jornada festiva. Los romeros oyen misa y antes de marcharse
adquieren escapularios de san Juan que se venden el pórtico de la iglesia.
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A San Juan Degollado
se le pedía para la curación de los dolores de cabeza y se dejaba en la ermita
algún objeto que hiciese referencia a la cabeza, así los hombres una txapela,
las mujeres un alfiler, etc.
Se recurría a San
Juan Bautista para que ahuyentara las pesadillas. Los afectados de tartamudez
le ofrecían todo el dinero que podía encerrar en el puño. Los que sufrían los
callos posaban sus pies en las piedras talladas.
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Además
de historias de nobles vizcaínos, existen leyendas que lo relacionan con los
templarios, de piratas o de los herejes de La Rochele que incendiaron la
ermita, pero el último incendio intencionado de la ermita ocurrió el día 10 de
octubre de 1978, de la que únicamente quedaron las cuatro paredes. La cabeza de
san Juan apareció arrojada y deteriorada en las peñas. Fue trasladada para su
custodia, al convento de los PP. Franciscanos de Bermeo hasta ser reconstruida
por los fieles bermeanos y reinaugurada la ermita el 24 de Junio de 1980.
Se
celebran también en este santuario otras dos fiestas más con romerías:
El
24 de Junio, festividad de San Juan Bautista, acuden los de Bermeo. Se celebra
una tradicional romería, donde gentes de los alrededores, sobre todo de Bermeo,
acuden en peregrinación a pie a la ermita en cumplimiento de promesas
realizadas o dando las gracias al santo. También se realiza una ofrenda floral
a la imagen de la Virgen, sumergida en las profundidades del mar, bajo uno de
los arcos naturales que emergen al pie de este fantástico islote.
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Antiguamente
el día Viernes Santo, se
acudía en procesión desde la ermita de san Pelayo de Bakio rezando el Vía
Crucis.