Diálogos con la literatura

La Biblioteca de Bidebarrieta ha reunido a los escritores Anjel Lertxundi y Javier Sádaba en un nuevo encuentro de Diálogos con la Literatura junto al periodista y filósofo Iñaki Esteban que ha actuado como moderador.
Cada mes se ofrece al público un marco de diálogo con escritores y escritoras sobre temáticas relacionadas con la literatura. La sesión de esta tarde, a la que ha acudido CEPA Erandio, ha girado en torno a ‘Literatura y ética’.
Anjel Lertxundi (Orio, 1948) es un escritor especializado en cuentos, novelas y literatura infantil y juvenil. Ha sido profesor, periodista, guionista de series de televisión y crítico literario, antes de dedicarse por entero a la literatura. Ha contribuido a fijar y modernizar la lengua y la literatura vasca. Abandonó sus estudios eclesiásticos y se interesó por la Filosofía, disciplina que cultivó en San Sebastián, Roma y Valencia.

También ha colaborado con el mundo del cine con las películas Hamaseigarrenean, aidanez ("A la decimosexta, al parecer"), basada en una de sus propias novelas y Karelatik ("Por la borda"), escrita y dirigida por él mismo.

Entre sus obras encontramos Tristeak kontzolatzeko makina, Zorrion perfektua, Las últimas sombras, Hamaseigarrenean aidanez y Vete al infierno, cariño.

Javier Sádaba (Portugalete, 1940) es Doctor en Filosofía y Letras (sección filosofía), por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido profesor en diferentes universidades del mundo. Actualmente ejerce como Catedrático de Ética y Filosofía de la Religión en la UAM y es miembro del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona. Ha trabajado también en Filosofía de la Religión y Filosofía Lingüística, temáticas en las que se destacan sus aportaciones al campo de la bioética.

Destacamos algunas de sus obras como: Saber vivir, El amor contra la moral, Principios de bioética o La buena vida.

Los dos autores estaban de acuerdo que la ética es el compromiso por excelencia y que es inmoral, que en un contexto histórico de dictadura, el escritor no se comprometa con la realidad, porque renuncian a hablar de lo que sucedía en aquel momento.

Ahora bien, muchas veces hace más daño una palabra que un hecho.