El Museo de Bellas Artes de Bilbao presenta, hasta principios del año que viene, De la arquitectura a la naturaleza, una exposición que recoge un total de 82 obras del artista guipuzcoano Jesús Mari Lazkano.
La exposición plantea una revisión de la trayectoria de Lazkano a través de 82 cuadros de mediano y gran formato junto a una selección de dibujos, articulados en ámbitos diferenciados, desde el interés por la arquitectura y la ciudad – representaciones de los vestigios de la Roma imperial, el sky-line de Nueva York y las edificaciones emblemáticas de Mies van der Rohe o Frank Lloyd Wright– hasta las representaciones de distantes paisajes imaginarios en los que la naturaleza adquiere mayor protagonismo. Además, se presenta un conjunto inédito de obras pintadas ex profeso para la exposición, que tienen el Museo de Bellas Artes de Bilbao y sus espacios como tema principal.
Esta exposición es una excelente ocasión para acercarse a la obra de nuestros artistas más asentados.
La exposición plantea una revisión de la trayectoria de Lazkano a través de 82 cuadros de mediano y gran formato junto a una selección de dibujos, articulados en ámbitos diferenciados, desde el interés por la arquitectura y la ciudad – representaciones de los vestigios de la Roma imperial, el sky-line de Nueva York y las edificaciones emblemáticas de Mies van der Rohe o Frank Lloyd Wright– hasta las representaciones de distantes paisajes imaginarios en los que la naturaleza adquiere mayor protagonismo. Además, se presenta un conjunto inédito de obras pintadas ex profeso para la exposición, que tienen el Museo de Bellas Artes de Bilbao y sus espacios como tema principal.
Esta exposición es una excelente ocasión para acercarse a la obra de nuestros artistas más asentados.
Jesús Mari Lazkano, (Bergara, Gipuzkoa, 1960) estudió en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao –de la que es profesor– y comenzó su carrera artística a principios de la década de los ochenta. Técnicamente, según los organizadores de la muestra, su pintura se resuelve de forma lenta y minuciosa, con un virtuosismo que persigue una realidad casi fotográfica. Sus representaciones de base hiperrealista evocan la tradición del romanticismo y el espíritu surrealista, al tiempo que muestran la sensibilidad del pintor hacia los valores plásticos de la arquitectura y el paisaje, con los que propone un sutil juego conceptual entre la representación y la realidad.
Fotografía: De la arquitectura a la naturaleza, 2009 Acrílico sobre lienzo, 150 x 225 cm. Museo Bellas Artes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario