La ría de Urdaibai es uno de los enclaves naturales más valiosos de Bizkaia.
Pero en la antigüedad clásica la costa del País Vasco formaba parte del entramado de las comunicaciones marítimas y terrestres del Imperio romano.
La vía marítima, seguida habitualmente por la flota mercante, discurría de puerto (portus) en puerto en cortas jornadas, buscando mantener la costa a la vista.
Las embarcaciones comerciales venían estibadas con productos foráneos como salazones, aceites, objetos manufacturados (cerámica, vidrio…) y partían con materias locales como el mármol de las canteras de Ereño, el hierro elaborado en los hornos de Forua y los productos agropecuarios del entorno.
El circuito marítimo era completado por la utilización de las rías y ríos navegables para de este modo abaratar los costes del transporte.
Las embarcaciones de cabotaje, debido a su calado, debían permanecer en los puertos costeros y descargar las mercancías a pequeños lanchones, que las aproximaban a las costas o las transportaban río arriba.
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