Labuan Bajo es la puerta de entrada para ir al Parque Nacional de Komodo a observar los dragones. Aunque también es un destino para buceadores porque cuenta con unos fondos de coral impresionantes, arrecifes y una variada fauna marina.
Desde Labuan Bajo se necesitan unas cuatro horas de navegación en una embarcación tradicional de madera para llegar hasta la Isla Komodo, en la playa Loh Liang. Al llegar hemos hecho un “médium trak” de sesenta minutos y logramos ver varios dragones adultos y algunos jóvenes. Según el ranger que nos acompaña durante el recorrido, los jóvenes pasan los primeros años de vida en los árboles para protegerse del canibalismo de los adultos, que los ven como presas.
Tienen un color diferente al de los adultos, siendo verdes con manchas amarillas y negras, y una piel más áspera. Su dieta incluye insectos, huevos y pequeños mamíferos, y se refugian allí hasta que son lo suficientemente grandes para evitar a los depredadores mayores. Los dragones adultos pueden comerse el 80% de su peso corporal de una sentada.
El dragón de Komodo es el lagarto de mayor tamaño del mundo, con una longitud media de dos a tres metros y un peso de unos 70 kg.
Aunque existe desde hace millones de años, este reptil de gran tamaño se encuentra actualmente catalogado como “en peligro” de extinción en la “Lista Roja” de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Se estima que hay cerca de 5.000 dragones en libertad, pero tan solo unos cientos son hembras con capacidad de poner huevos.
También hemos visto, ciervos, jabalíes, monos, cacatúas y gallinetas.
A continuación, nos trasladamos a Pink Beach, una maravilla natural de arena rosa debido al coral de los alrededores. También queríamos ir hasta la playa Siaba para hacer snorkel, pero había mucha corriente y lo hemos dejado.
Comemos a bordo una comida rica rica, preparada por el capitán y su marinero.
Llegamos a Labuan bajo para disfrutar de un fantástico atardecer.





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