Después nos
dirigimos hacia la calle Sombrerería, porque por aquí iba a visitar a su amigo,
el pintor Manuel Losada, que vivía en el portal nº 8 de la Plaza Nueva.
Aquí paseaba y charlaba con sus amigos de
Bachillerato, generalmente, bajo una fina lluvia. La plaza no le gustaba nada.
Decía que era escueta, fría… “Mi Plaza Nueva, fría y uniforme, cuadrado patio
de que el arte escapa; mi Plaza Nueva puritana y hosca, ¡tan geométrica! Tus
soportales fueron el abrigo de mis vagas visones juveniles mientras el cuadro
de tu pardo cielo llovía lúgubre”.
En el Arenal, con doce años, asiste a la
llegada de las tropas liberales del General Concha que terminan con el asedio
carlista a Bilbao. Durante los ratos libres salían de Bilbao e iban, él y sus
amigos, hasta el Campo Volantín a correr entre los árboles o a ver pasar algún
barco. Cuando el tiempo era bueno, llegaban hasta las faldas de Artxanda. Una
aventura juliovernesca, como él mismo dice.
Asimismo, Unamuno, durante su niñez, pasaba
los veranos en casa de su abuela “en la anteiglesia de Deusto”, antes de su
anexión a la villa en 1924. Escribe: “Dulces veraneos en aquella casita que me
abrieron el alma al sentimiento del campo”. En la nueva escultura ubicada en
los jardines de Bidarte, Unamuno “mira” a sus dos rincones de Bilbao. Al Casco
Viejo, su bochito, y a Deusto, su lugar de veraneo.
Seguimos, para terminar nuestra ruta, hasta el café Boulevard. Allí
decía don Miguel que: “En Bilbao, a cualquier sitio que se vaya o de cualquier
sitio que se venga, siempre daremos en el Arenal. Allí, en el Boulevard (fue
inaugurado en 1871 como una sucursal del Café Suizo), corredores, negociantes,
indianos... que se encuentran porque se citan y otros que se citan porque se
encuentran".
Después de terminar su formación en Bilbao se
traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras en la Universidad,
publicando su primer artículo y consolidando su relación afectiva con Concha
Lizárraga, a la que había conocido de niño.
Termina sus estudios universitarios en 1883
y se doctora con su tesis "Crítica del problema sobre el origen y
prehistoria de la raza vasca". Trabaja dando clases, colaborando en
diversos periódicos nacionales y prepara oposiciones a cátedras de Instituto y
Universidad convocadas para cubrir vacantes en diferentes ciudades españolas.
Después de varios intentos fallidos,
consigue la plaza de catedrático de Lengua Griega en la Universidad de
Salamanca. Llega a esta ciudad ya casado y vive en régimen de alquiler en
varias residencias. Nace en Bilbao su primer hijo Fernando. Se traslada a una
vivienda de la Plaza de Gabriel y Galán en Salamanca, donde nacerán sus hijos
Pablo, Raimundo, Salomé y Felisa. En 1901 es nombrado rector.
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