El pasado lunes
CEPA Erandio organizó una salida cultural a Zalla para conocer la comarca de
Las Encartaciones puesto que estamos estudiando la figura del escritor Antonio
Trueba durante el primer cuatrimestre del presente curso escolar.
El viaje fue muy interesante e intenso, porque
aprovechamos cada minuto del día para ver y disfrutar del pueblo que acogía la
Feria de Gangas, escaparate de razas de vacuno y productos agrícolas.
En primer
lugar visitamos la ermita de San Pedro Zarikete con Iñaki Quevedo que nos
explicó que data del siglo XVI, aunque ha conocido diversas restauraciones.
Está ubicada en un lugar privilegiado, junto al río Cadagua y al pie del
antiguo Camino Real, hoy carretera Zalla-Balmaseda, en el extremo oeste del
valle de Salcedón.
La fiesta de
la ermita es el día 1 de agosto, festividad de San Pedro ad Vincula y se
celebra misa y romería a la sombra de un frondoso roble, retoño del árbol de
Gernika que fue plantado en 1912.
Junto a ella
está la fuente de los peregrinos que es testigo del tránsito de los mismos por
tierras encartadas hacia Santiago de Compostela.
La ermita
cuenta con tres retablos y en el central, ocupando un lugar preferente se
encuentra la imagen de San Pedro, acompañada por otras tallas. Es de madera
policromada de cerezo, destacando por sus grandes y desproporcionadas orejas.
Esta imagen data del siglo XII. Antiguamente se celebraban con gran solemnidad
las dos festividades de San Pedro Apóstol, 29 de junio y 1 de agosto. Hoy
perdura el día 1 de agosto como "Día del Santo". En ese día de fiesta
mayor tienen lugar una serie de ritos, costumbres y tradiciones.
De esta ermita se ha escrito mucho sobre su fama contra
el "mal de ojo" y contra los demonios, como se recoge en los libros
de la zona. Por ella pasaban al año miles devotos que se creían poseídos por
los espíritus malignos y venían a ser "exorcizados" a los pies de San
Pedro en Zarikete.
En Zalla estuvieron muy extendidas las supersticiones en
malignos seres sobrenaturales, aojadores y hechiceros. Sobre todo el `mal de
ojo" fue una creencia muy arraigada y para combatirlo solían usarse
amuletos que contenían diversas sustancias como azabache, carbón de leña,
cenizas, laurel y otras plantas, pan bendito y estiércol de pollo.
Aunque esta superstición de brujería y aojadores fue
general en todo el País Vasco, en Zalla estuvo más arraigada que en ninguna
otra parte. De ahí que a los naturales y vecinos de Zalla se les llame por
antonomasia "Brujos".
El rito de desembrujamiento consistía en acudir a la
ermita el día del Santo por un camino y regresar por otro, con el objetivo de
que (los malos espíritus) no penetrasen de nuevo en la persona que iba a
"desembrujarse". A su vez, se iban echando puñados de sal por el
camino. La sal es considerada como un "veneno" activísimo contra las
brujas y con la ayuda de la sal, el Santo atendía mejor las peticiones.
En el interior de la ermita, iluminada con gran cantidad
de velas traídas por los devotos, se celebraba la Santa Misa, se realizaba la
lectura de los Evangelios, se bendecía a los niños, prendas y objetos diversos
y, por último, se suplicaba al Santo con devoción.
Entre los muchos casos curiosos ocurridos, se cuenta el
de una señora de Madrid que acudió a Zalla preguntando por la ermita de San
Pedro Zarikete, era la dueña de una posada de Madrid a la que la gente no
acudía y achacaba el hecho a "cosa de brujas", por este motivo vino a
Zalla para "desembrujar" su posada...
A continuación nos dirigimos al pueblo para disfrutar de
la Feria del primer lunes de octubre, donde los y las
baserritarras de la comarca muestran una selección de sus mejores productos. El
Día de Gangas de este año ha
contado con 130 puestos con la misma calidad de siempre.
Antonio
Trueba (1819-1889), el escritor desconocido, poeta y periodista, nacido en la aldea de Montellano (Galdames,
Encartaciones), a los 15 años marchó a Madrid, para evitar la primera Guerra
Carlista. Autodidacta y conocedor de los autores románticos, publicó su primer
libro, “El libro de los cantares” en 1851. Tuvo una gran actividad literaria y
periodística y, en 1862, fue proclamado Cronista y Archivero del Señorío por
las Juntas Generales de Bizkaia y se trasladó a Bilbao. Por defender el Fuero
fue acusado de simpatía hacia el carlismo, marchó de nuevo a Madrid y tras el
paréntesis de la segunda carlistada volvió desarrollando una gran actividad literaria
y llegando a ser director de “El Noticiero Bilbaíno”. Fue nombrado Padre de la
Provincia y con fondos recaudados entre vascos de América y de Bizkaia el
artista Mariano Benlliure levantó un monumento que se encuentra en la
actualidad en los jardines de Albia. El próximo año se cumplen 125 años de su fallecimiento.
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