jueves, 10 de octubre de 2013

CEPA Erandio visita Zalla



El pasado lunes CEPA Erandio organizó una salida cultural a Zalla para conocer la comarca de Las Encartaciones puesto que estamos estudiando la figura del escritor Antonio Trueba durante el primer cuatrimestre del presente curso escolar.
El viaje fue muy interesante e intenso, porque aprovechamos cada minuto del día para ver y disfrutar del pueblo que acogía la Feria de Gangas, escaparate de razas de vacuno y productos agrícolas.
En primer lugar visitamos la ermita de San Pedro Zarikete con Iñaki Quevedo que nos explicó que data del siglo XVI, aunque ha conocido diversas restauraciones. Está ubicada en un lugar privilegiado, junto al río Cadagua y al pie del antiguo Camino Real, hoy carretera Zalla-Balmaseda, en el extremo oeste del valle de Salcedón.
La fiesta de la ermita es el día 1 de agosto, festividad de San Pedro ad Vincula y se celebra misa y romería a la sombra de un frondoso roble, retoño del árbol de Gernika que fue plantado en 1912.
Junto a ella está la fuente de los peregrinos que es testigo del tránsito de los mismos por tierras encartadas hacia Santiago de Compostela.
La ermita cuenta con tres retablos y en el central, ocupando un lugar preferente se encuentra la imagen de San Pedro, acompañada por otras tallas. Es de madera policromada de cerezo, destacando por sus grandes y desproporcionadas orejas. Esta imagen data del siglo XII. Antiguamente se celebraban con gran solemnidad las dos festividades de San Pedro Apóstol, 29 de junio y 1 de agosto. Hoy perdura el día 1 de agosto como "Día del Santo". En ese día de fiesta mayor tienen lugar una serie de ritos, costumbres y tradiciones.
De esta ermita se ha escrito mucho sobre su fama contra el "mal de ojo" y contra los demonios, como se recoge en los libros de la zona. Por ella pasaban al año miles devotos que se creían poseídos por los espíritus malignos y venían a ser "exorcizados" a los pies de San Pedro en Zarikete.
En Zalla estuvieron muy extendidas las supersticiones en malignos seres sobrenaturales, aojadores y hechiceros. Sobre todo el `mal de ojo" fue una creencia muy arraigada y para combatirlo solían usarse amuletos que contenían diversas sustancias como azabache, carbón de leña, cenizas, laurel y otras plantas, pan bendito y estiércol de pollo.
Aunque esta superstición de brujería y aojadores fue general en todo el País Vasco, en Zalla estuvo más arraigada que en ninguna otra parte. De ahí que a los naturales y vecinos de Zalla se les llame por antonomasia "Brujos".
El rito de desembrujamiento consistía en acudir a la ermita el día del Santo por un camino y regresar por otro, con el objetivo de que (los malos espíritus) no penetrasen de nuevo en la persona que iba a "desembrujarse". A su vez, se iban echando puñados de sal por el camino. La sal es considerada como un "veneno" activísimo contra las brujas y con la ayuda de la sal, el Santo atendía mejor las peticiones.
En el interior de la ermita, iluminada con gran cantidad de velas traídas por los devotos, se celebraba la Santa Misa, se realizaba la lectura de los Evangelios, se bendecía a los niños, prendas y objetos diversos y, por último, se suplicaba al Santo con devoción.
Entre los muchos casos curiosos ocurridos, se cuenta el de una señora de Madrid que acudió a Zalla preguntando por la ermita de San Pedro Zarikete, era la dueña de una posada de Madrid a la que la gente no acudía y achacaba el hecho a "cosa de brujas", por este motivo vino a Zalla para "desembrujar" su posada...
A continuación nos dirigimos al pueblo para disfrutar de la Feria del primer lunes de octubre, donde los y las baserritarras de la comarca muestran una selección de sus mejores productos. El Día de Gangas de este año ha contado con 130 puestos con la misma calidad de siempre.
Antonio Trueba (1819-1889), el escritor desconocido, poeta y periodista, nacido en la aldea de Montellano (Galdames, Encartaciones), a los 15 años marchó a Madrid, para evitar la primera Guerra Carlista. Autodidacta y conocedor de los autores románticos, publicó su primer libro, “El libro de los cantares” en 1851. Tuvo una gran actividad literaria y periodística y, en 1862, fue proclamado Cronista y Archivero del Señorío por las Juntas Generales de Bizkaia y se trasladó a Bilbao. Por defender el Fuero fue acusado de simpatía hacia el carlismo, marchó de nuevo a Madrid y tras el paréntesis de la segunda carlistada volvió desarrollando una gran actividad literaria y llegando a ser director de “El Noticiero Bilbaíno”. Fue nombrado Padre de la Provincia y con fondos recaudados entre vascos de América y de Bizkaia el artista Mariano Benlliure levantó un monumento que se encuentra en la actualidad en los jardines de Albia. El próximo año se cumplen 125 años de su fallecimiento.




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