miércoles, 20 de noviembre de 2013

Recorrido literario: Tras las huellas de Antonio Trueba en Bilbao


El pasado lunes CEPA Erandio organizó una salida cultural para conocer el entorno bilbaíno en el que vivió parte de su vida el escritor vizcaino Antonio Trueba (Montellano, aldea del concejo de Galdames, Vizcaya, 1819-1889). Para el alumnado erandiotarra tiene un valor especial, porque en su municipio hay una calle con su nombre.

Bilbao conserva entre sus calles el recuerdo de poetas y novelistas que hacen más agradable la vida a sus ciudadanos. Aunque la mañana fue lluviosa, fría y gris, no restó interés a los asistentes. En esta ocasión nuestro itinerario comenzó en el número 8 de la calle Ibáñez de Bilbao, en la casa donde residió y falleció el autor. Allí vimos la placa en la que se le recuerda.
A continuación nos dirigimos a la iglesia de San Vicente para ver el lugar donde está enterrado.
Escritor, poeta y periodista, a los 15 años marchó a Madrid, para evitar la primera Guerra Carlista. Autodidacta y conocedor de los autores románticos, la producción de Trueba es amplia y abarca desde la lírica Libro de Cantares (1852), hasta la novela histórica Paloma y halcones (1865) y la novela costumbrista (El gabán y la chaqueta (1872), pero destacó sobre todo en la narrativa corta cuando refleja la vida rural del País Vasco y de  Castilla de la época, escenarios habituales de sus historias.
Tuvo una gran actividad literaria y periodística y, en 1862, fue proclamado Cronista y Archivero del Señorío por las Juntas Generales de Bizkaia y se trasladó a Bilbao.
Por defender el Fuero fue acusado de simpatía hacia el carlismo, marchó de nuevo a Madrid y tras el paréntesis de la segunda carlistada volvió desarrollando una gran actividad literaria y llegando a ser director de “El Noticiero Bilbaíno”.
Fue nombrado Padre de la Provincia y con fondos recaudados entre vascos de América y de Bizkaia, el artista valenciano Mariano Benlliure levantó un monumento que se encuentra en la actualidad en los jardines de Albia. El pedestal fue obra de Severiano Achúcarro. En un principio, Trueba miraba hacia la Alameda de Mazarredo (Unamuno escribe “mirando hacia el hogar de Mari-Santa) y, a finales de los años 80, varió su posición, mirando hacia los jardines de Albia.
El Café Iruña, situado enfrente, que fue inaugurado el 7 de julio de 1903, ha sido testigo de centenares de acontecimientos políticos, sociales y culturales, así como lugar de encuentro de prestigiosos poetas y escritores vascos como Pío Baroja, Miguel de Unamuno e Indalecio Prieto.
Entre sus azulejos, sus techos policromados, sus pinturas murales y la decoración mudéjar se han escrito muchos versos, como los poemas del poeta Blas de Otero.
Según recoge la prensa (15-07-10), el Ayuntamiento de Bilbao celebró el 120 aniversario de la anexión de Abando y colocó en estos Jardines, junto al nº 1 de la Calle San Vicente y en el suelo, una placa conmemorativa de bronce.



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