jueves, 3 de junio de 2010

Los paseos del niño Miguel de Unamuno



Bilbao conserva entre sus calles el recuerdo de los paseos del niño Miguel de Unamuno. En esta primaveral mañana, CEPA Erandio ha realizado un recorrido por los lugares por donde vivió y paseó el escritor y filósofo bilbaino más universal.
Comenzamos nuestro itinerario en el Casco Viejo en la plaza que lleva su nombre para ver la escultura de su cabeza sobre la columna, que realizó el escultor Victoriano Macho. Miguel de Unamuno nació en la cercana calle Ronda el 29 de septiembre de 1864.
A continuación nos dirigimos hacia la calle Sombrería, porque por aquí iba, desde la calle de la Cruz, a visitar a su amigo, el pintor Manuel Losada, que vivía en el portal nº 8 de la Plaza Nueva.
Su vida bilbaina transcurrió entre la calle Ronda y la de la Cruz donde vivió durante su infancia, adolescencia y juventud. Cerca está la imponente iglesia de los Santos Juanes. En la plaza de la Cruz estaba el Instituto Vizcaino, en el que cursó el Bachillerato. Ahora es el Museo Arqueológico. Próximas están las calzadas de Mallona, por donde subía Unamuno al cementerio donde estaba enterrada su madre.
Estudió Filosofía y Letras en Madrid y a los 26 años se trasladó a Salamanca. En 1891 se casa con Concha Lizárraga, de la que estaba enamorado desde niño. Pasa los meses invernales dedicado a la preparación de unas oposiciones para una cátedra de Griego en la universidad de Salamanca, la cual obtiene. En 1901 es nombrado rector de la misma. Lleva una intensa vida política desde sus simpatías por la ideología socialista hasta la justificación del levantamiento de Franco contra el poder establecido. De aquellos momentos queda su enfrentamiento con el general Millán Astray, donde le dijo: “Venceréis, pero no convenceréis”.
Entre sus obras podemos destacar en ensayo y prosa narrativa, En torno al casticismo, Paz en la guerra, Vida de Don Quijote y Sancho, Del Sentimiento Trágico de la Vida, Niebla, Abel Sánchez, La Agonía del Cristianismo, La tía Tula, San Manuel Bueno, mártir. En poesía, además de muchas sueltas, sobresalen Los Salmos y El Cristo de Velázquez. En teatro: Raquel encadenada, Medea y El hermano Juan.
Unamuno, durante su niñez, pasaba los veranos en casa de su abuela “en la anteiglesia de Deusto” antes de su anexión a la villa en 1924. Pero uno de los paseos que más le gustaba era el de “Los Caños”.
Desde la calle Ronda salimos hacia Atxuri para seguir con nuestro recorrido que llega hasta el paseo de Los Caños. Era uno de los lugares preferidos de Unamuno y de los bilbaianos y las bilbainas, de los anguleros, las lavanderas, los bañistas y los mineros. Era un paraje lleno de chopos y hayas, con una ría limpia y con zonas de marismas y hasta una pequeña isla, la isla San Cristóbal.
Unamuno escribía de esta época que “cuando quiero ver la poseía de algo del Bilbao viejo, me hago niño por un momento para mirarlos con ojos infantiles”.
Seguimos el paseo hacia el barrio de La Peña y regresamos al Arenal para terminar en le café Boluevard. Allí, además de tomar un refrigerio, recordamos lo que decía don Miguel: “En Bilbao, a cualquier sitio que se vaya o de cualquier sitio que se venga, siempre daremos en el Arenal. Allí, en el Boulevard (fue inaugurado en 1871 como una sucursal del Café Suizo), corredores, negociantes, indianos... que se encuentran porque se citan y otros que se citan porque se encuentran".

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