Ho Chi Minh, conocida como
Saigón y con doce millones de habitantes y siete millones de motos, es la ciudad más grande de la nación y uno de los
principales focos de desarrollo industrial, económico y cultural que marcan la
pauta del país.
También destaca por sus
monumentos coloniales franceses, como la catedral de Notre Dame, hecha con
materiales importados de Francia en su totalidad, y la Oficina Central de
Correos, diseñada por Eiffel para una estación de tren (1886-1891). Las calles de la ciudad están llenas de
puestos de comida, especialmente alrededor del bullicioso mercado Ben Thanh.
Tras unos inicios difíciles, marcados
por las luchas entre camboyanos y vietnamitas, la ciudad comienza a tener una
gran relevancia a partir de mediados del XIX, durante la época colonial, cuando
se convierte en capital de la Indochina francesa. Transformada en un
lugar de enorme importancia estratégica, desde entonces Saigón se
convirtió en el centro neurálgico del sudeste asiático, llegando a ser la
capital de Vietnam del Sur, tras la independencia de Francia. Consciente de que
Saigón era pieza clave en la Guerra de Vietnam (1962-1975), el ejército comunista
de Vietnam del Norte tomó la ciudad en abril de 1975, forzando la capitulación
del Sur e iniciándose la reunificación del
país.
Desde entonces, y gracias a los
profundos cambios económicos realizados en el país desde los años ochenta, la
ciudad ha iniciado un proceso de crecimiento y desarrollo imparable,
convirtiéndose en la metrópoli de Vietnam por excelencia.
Sin duda, lo que más sorprende de Ho Chi
Minh, la evocadora Saigón, es la elegancia de los edificios coloniales, las
iglesias y pagodas, los rascacielos, los restaurantes, el barrio chino, la
gente en los pequeños bares tomando sopa de noodles y la locura de la
circulación con miles de motos por todos los lados.
El distrito 1, verdadero corazón de la ciudad, es lo
que se considera la zona centro. Aquí se concentran la mayor parte de
edificios relevantes de la ciudad y gran parte del patrimonio colonial. El
Ayuntamiento, el edificio de la Ópera y la famosa Oficina de Correos dan cuenta
de la influencia de la arquitectura del XIX francés y su adaptación a las
necesidades de la metrópoli como capital de Indochina.
El Palacio de la
Reunificación, en pleno centro, fue protagonista en la
capitulación de Vietnam del Sur frente al ejército comunista el 30 de abril de
1975 a las 10,30h cuando un tanque norvietnamita entró a través de la verja de
hierro.
Si queremos obtener unas buenas
perspectivas de la ciudad, podemos dirigirnos a las azoteas de los grandes
edificios o, en su caso, optar por subir al impresionante mirador Saigon
Skydeck, situado en el piso cincuenta y dos de la Bitexco Tower.
La visita cultural no debe olvidar
importante lugares de culto que nos hablan del aspecto religioso de la ciudad.
Desde la catedral
de Notre Dame, construida por los franceses, al templo
Marianman Temple dedicado a la diosa del mar
de China, Mazu. Se cree que ella protege y rescata a los barcos y la gente en
el mar volando alrededor en una estera o una nube. Mazuism está conectado con
las tradiciones y creencias del taoísmo y budismo. Se ubica en el ‘Cholon’
(barrio chino) en el Distrito 5, a veinte minutos en coche desde el centro de
la ciudad.
Delta del Mekong
Una de las
excursiones que no te puedes perder es navegar por el Delta del Mekong. El río Mekong que nace en el Tíbet y fluye por China,
Myanmar (Birmania), Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam, desemboca en el mar del
sur de China.
Después de un
trayecto de dos horas por carretera desde Saigón llegamos a destino. Allí
tomamos una embarcación para ir a Unicorn Island. Visitamos una casa flotante
de pescadores en la que criaban peces de agua dulce, navegamos en un pequeño
bote a remo por la jungla, paramos en un mercado local, disfrutamos de una cata
de frutas, paseamos por una aldea en un carro tirado por un caballo y comimos
en un restaurante un poco cutre a base de rollitos de pescado de río, sopa de tallarines
y pollo.
Precio: 45€ p.p.
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