martes, 1 de abril de 2014

EPA Erandio visita el Museo de Bellas Artes de Bilbao

Ayer por la tarde EPA Erandio estuvo en el Museo de Bellas Artes de Bilbao viendo el cuadro En la romería, de Aurelio Arteta, después de trabajar durante este cuatrimestre la novela Bilbao-New York-Bilbao, del escritor ondarrés Kirmen Uribe. En el libro se cuenta la historia de la confección del mural.
El mural, que ingresó en el Museo en 1963 como donación de los Bastida, lo pintó Arteta en el chalet de Ondarroa donde veraneaba su amigo, el arquitecto Ricardo Bastida, en 1922.
Bastida quería que Arteta pintara los murales del hall del Banco Bilbao de Madrid y el pintor aceptó el encargo. Para adiestrarse en la técnica del mural, utilizó las paredes del citado chalet y compuso el fresco “En la romería”.
El mural, fresco trasladado a soporte móvil, aparece como tríptico en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Destacan sus colores vivos y el motivo central: la romería en el que los dos mundos, el rural y el urbano se unen con gran optimismo bajo la influencia del Art Decó.
La obra se puede contemplar en el primer piso del edificio antiguo en la sección de pintura vasca.
Aurelio Arteta (Bilbao 2-12-1879; México, 10-11-1940) nació en la bilbaína calle de Askao. Comenzó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao. En 1894 toda la familia se trasladó a Valladolid. Posteriormente viajó a Madrid, estudiando en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Como no quería ser una carga para su familia, Arteta simultaneó sus estudios con los más diversos trabajos, tales como pintor de brocha gorda, ilustrador, dibujante de bordados, litógrafo e incluso como aplaudidor en teatros.
Un golpe de suerte, le proporciona, a los cinco años de malvivir, la oportunidad de estudiar en París: la Diputación de Bizkaia le concede, en 1902, una pensión de estudios, en abierta competición con el pintor Ángel Larroque. El tema fue "Un accidente de trabajo". Ese mismo año, cuando contaba con 23 de edad, se trasladó a París, estableciéndose en compañía del escultor Quintín de Torre (Cristo yacente y Dolorosa en la iglesia de San Vicente, Bilbao) en el célebre barrio de Montmartre. 
Tres años después, en 1905, realizó excursiones artísticas por Roma, Florencia, Milán y otros centros artísticos italianos que también habían de influenciarlo profundamente según todos sus críticos.
De regreso a Bilbao (1906) celebra su primera exposición personal en la conocida galería de arte Delclaux.
En 1921 recibe Arteta un importante encargo: la decoración del hall del Banco de Bilbao en Madrid. El fresco, obra magistral del autor, fue concluido en 1923. Es un friso circular que mide 36 m. de largo por 2 de alto; está dividido en 12 secciones. 
Desempeñó el cargo de director del Museo de Arte Moderno de Bilbao que le fue ofrecido en 1924 y del que dimitió en 1927 a consecuencia de un debate muy movido en el seno del Ayuntamiento bilbaíno. Este mismo año, 1927, Arteta recibió un gran homenaje de la intelectualidad española.
Con el cuadro titulado Bañistas -alarde de composición- obtuvo el Premio Nacional de Pintura de 1930, y Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, celebrada en Madrid en 1932, con el cuadro Los hombres del mar.
La guerra de 1936 lo sorprendió en Madrid siendo profesor de la Escuela Superior de Pintura. 
De allí pasó al exilio y en Biarritz pintó cantidad de cuadros, casi todos ellos sobre temas de la guerra: poblaciones bombardeadas -entre ellas Gernika-, soldados de las brigadas internacionales, escenas del éxodo.
Después de sufrir innumerables calamidades y de estar detenido en los campos de concentración de Francia, llegó a México donde se estableció y pintó numerosos cuadros. A los pocos años de exiliarse en este país, murió en ciudad de Méjico, a consecuencia de un choque de tranvías.


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