Los caseríos de Urdaibai continúan con la tradición de los ramos de flores de San Juan.
Se mantienen durante todo el año en la entrada de las casas y son una combinación de plantas que constituyen un escudo frente a los malos espíritus.
Se recogen las flores, se hacen ramos y se colocan en los lugares elegidos, donde hay que dejarlas todo el año. El ramo viejo, ya seco, es el que se quemará en la hoguera del siguiente año.
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