Bagán es una de las ciudades más maravillosas de Asia. Es la
zona turística más importante del país porque es el único lugar donde se pueden
ver miles de pagodas y restos arqueológicos de los siglos XI al XIII.
Como
recogen los libros de historia, dicen que hubo una vez 4.446 templos
sobre sus extensas llanuras, pero hoy en día sólo quedan 2.230, según un estudio
realizado por la UNESCO en 1988.
Saqueada
en 1287 y luego abandonada, alberga hermosas pagodas y templos entre los que se destacan la Pagoda Shwezigon, en la
tienen unos pelos de Buda como reliquia, y algunos templos como Isá koná, Ti
lo men lo, el templo-Palacio Nanpyá, el
Menuhá, el Gubyak Gyi, el Amanda Paya,
la Pagoda Dhamma Ya Zi Ka o el templo Lé Miet Hna, pintado de color blanco y con una
cúpula con cuatro caras de Buda.
Una
de las sensaciones que más sorprenden al viajero es contemplar el atardecer
desde lo alto de alguno de sus templos.
Bagan es también famosa como centro de la próspera
industria de Myanmar en laca. Se puede observar a los artesanos mientras
trabajan en las diversas etapas del proceso de creación de las piezas. Gran
parte de esta laca se destina a las tiendas de souvenirs en Yangon, y de allí a
los mercados mundiales.
Asimismo
cuenta con un mercado local con todo tipo de comidas y una gran variedad de
artesanía. Para finalizar el recorrido por Bagán realizamos la visita al
poblado de Min Nan Thu, que nos recibe con una pancarta del partido Liga Nacional
por la Democracia de
Aung San Suu Kyi. Allí vimos cómo se desarrolla la vida agrícola diaria en esta zona,
además pudimos conversar durante un buen rato con la maestra del pueblo.
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