La exposición organizada conjuntamente por
la Kunsthaus Zürich y el Museo Guggenheim Bilbao, Barroco exuberante. De
Cattelan a Zurbarán—Manifiestos de precariedad vital presenta obras contemporáneas
junto a pinturas del siglo XVII, desligando el concepto de Barroco de su
percepción tradicional y de sus clichés formales.
Como afirman los organizadores de la
exhibición, alejándose de la pompa, la ornamentación y los dorados, la muestra
se centra en el Barroco como manifestación de una vitalidad precaria, una
precariedad exaltada, redescubierta, perdida, proyectada y amenazada por la
muerte. Barroco exuberante tampoco alude a la existencia de una nueva
corriente estilística neo-barroca sino que pone de relieve cómo en algunas
obras contemporáneas el arte se acerca a la realidad y entra en contacto
directo con aspectos existenciales.
El Barroco normalmente se asocia con el
dinamismo, la sensualidad, el exceso y la teatralidad, y se aleja de la apacible
solemnidad de las formas clásicas. Sin embargo, el Barroco también fue una
época de inestabilidad y de desmoronamiento del orden establecido, añaden. El
historiador del arte, Erwin Panofsky, acertó a ver en el Barroco "la
victoria del subjetivismo, que se propone expresar sufrimiento y humor en la
misma medida".
La selección de pinturas barrocas y obras
contemporáneas para la exposición ofrece una aproximación a la vida real para
configurar un universo de contrastes donde imperan el ilusionismo, el hiperrealismo
y el anhelo de una vitalidad exaltada. Los artistas de las vanguardias del
siglo XX también aspiraron a equiparar arte y vida. Aunque hoy día parece
haberse olvidado aquel furor esencialista, perdura entre artistas que exploran
la permeabilidad de la frontera entre el arte y la vida, subrayan.
Desde el presente, Barroco exuberante
vuelve la vista hacia la historia y se adentra en temas como lo rústico, lo
sencillo, lo religioso, lo sensual, lo grotesco, lo burlesco y lo viril. La
exposición elude las analogías temáticas o formales más evidentes y opta por
presentar obras barrocas y contemporáneas en un montaje de inspiración
cinematográfica en el que pasado y presente, con sus diferencias y similitudes,
conviven para enriquecerse mutuamente y generar nuevas interpretaciones.
La muestra reúne las obras de artistas como
Pieter Aertsen, Valentin de Boulogne o Jacob Jordanes, junto a otros artistas
contemporáneos como Nathalie Djurberg, Maurizio Cattelan y Oscar Tuazon, con el
objetivo de evidenciar el reconocimiento tardío del Barroco.
La exposición, que también incluye
préstamos de algunos de los principales museos del mundo como el
Kunsthistorisches Museum de Viena, el Städel Museum de Frankfurt, el Museo del
Prado de Madrid o The Nacional Gallery de Londres, permanecerá
abierta en la pinacoteca bilbaína hasta el 6 de octubre de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario