Una buena película del director David Cronenberg que nos cuenta con limpieza y sobriedad el oscuro mundo del crimen organizado. El impecable Viggo Mortensen interpreta a Nikolai Luzhin, nacido en Rusia, chófer de una de las familias más importantes de la hermandad mafiosa Vory V Zakone. Semyon (Armin Mueller-Stahl) es el dueño de un caro restaurante ruso que esconde una naturaleza brutal y fría. Pero la suerte de la familia se tambalea por culpa de Kirill (Vincent Cassel), su alocado hijo, que hace más caso a Nikolai que a su propio padre. La cautelosa vida de Nikolai cambia de golpe cuando conoce a Anna Khitrova (Naomi Watts), una comadrona que trabaja en un hospital en el norte de Londres.
El reparto de la película es acertado, pero sobre todos ellos destaca Vigo Mortensen que borda su papel de desalmado con algún toque de humanidad.
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