miércoles, 7 de enero de 2009

Egipto (1)


Ya lo decía el historiador y viajero griego Herodoto: "Quien no ha visto Egipto no ha visto el mundo". Merece la pena. Podemos encontrar historia, leyenda, arte, sol, tradición, compras...
Convine un poco de contextualización, antes de viajar, leyendo algún libro como Sinuhé el egipcio, Entre dos palacios, El hijo de la luz, No digas que fue un sueño, o viendo películas como Muerte en el Nilo, Los diez mandamientoso o Tierra de faraones.
Un buen momento para ir allí es en invierno aunque se puede viajar en cualquier estación. De octubre a marzo, las temperaturas máximas no alcanzan los 30 grados y las mínimas no bajan de 5.
Un viaje de ocho días es suficiente para acercarse a la cultura egipcia. En Luxor se visita Karnak, los Colosos de Memnón, el templo de la reina Hatshepsut, el Valle de los Reyes y el templo de Luxor.
Se incluye un crucero de cuatro noches por el Nilo, con paradas en Edfu (templo del dios Horus), Kom Ombo (templo doble de Sobek y Haroris) y Asuán, donde no hay que perderse el templo de Philae.
Desde Aswan se sale con un convoy de autobuses, escoltados por la policía, hasta los Templos de Abu Simbel: Ramsés II y el templo de su esposa Nefertari.
De regreso a Asuán, vuelo a El Cairo (tres noches), con visita a la esfinge de Gizé y a las pirámides de Keops, Kefren y Micerinos, Menphis y Saqqara, el Museo Egipcio (con la sala de las momias y el tesoro de Tutankamón), la ciudadela de Saladino y en su interior la Mezquita de Mohamed Ali, el Barrio Copto, la cripta de la Sagrada Famila, la iglesia de San Sergio y el Mercado de Khan el Khalili. Para terminar el día hay que tomar un té en el "Café El Fishawy".
Como broche final se aconseja salir a cenar al restaurante que me indicó Celia Ruiz, Abou El Sid, donde se cocina comida egipcia.

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